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Gripe estacional y gripe A

Gripe estacional y gripe A

La gripe es una enfermedad infecciosa que en los seres humanos afecta a las vías respiratorias. Los pacientes cardiovasculares son reconocidos como grupo de riesgo ante cualquier infección gripal, ya sea estacional o motivada por nuevos virus, como el H1N1 (gripe A) o el H5N1 (gripe aviar).

¿Aumenta la gripe el riesgo cardiovascular?

Diversos estudios clínicos realizados con motivo de algunos brotes de epidemia de gripe han observado un marcado aumento en la tasa de muerte por causas cardiovasculares durante esos periodos de tiempo. Estos mismos trabajos científicos han demostrado la eficacia de las campañas de vacunación, ya que lograron disminuir notablemente el impacto de las posibles complicaciones.

Como incrementa la gripe el riesgo cardiovascular

El mecanismo por el que el virus de la gripe, tanto estacional como un brote esporádico, puede producir o agravar enfermedades cardiovasculares es muy variado.

  • Sólo en raras ocasiones puede infectar directamente al corazón produciendo una inflamación del mismo (miocarditis).
  • Con más frecuencia puede desencadenar episodios de infarto de miocardio, posiblemente por inflamación y ruptura de las placas de ateroma de las arterias coronarias.
  • Además, en pacientes con insuficiencia cardíaca que contemplan falta de respiración o ahogo, ya sea en esfuerzo o en reposo, los síntomas pueden verse agravados si se produce una infección de las vías respiratorias.

Los pacientes cardiovasculares deben tener presente los siguientes datos respecto a la gripe:

  • Se calcula que en torno a un 5-10% de los pacientes infectados pueden experimentar síntomas cardiovasculares durante las epidemias de gripe.
  • La afectación cardíaca ocurre entre 4 días y 2 semanas después del contagio de gripe.
  • La presencia de enfermedad cardíaca aumenta el riesgo de morbilidad y mortalidad derivada de la gripe.
  • Aunque es poco frecuente, en los casos de gripe más graves puede producirse un edema pulmonar hemorrágico masivo causado por afectación viral o bacteriana.

Como se puede reducir el impacto de la gripe en el riesgo cardiovascular

La prevención es la mejor medida frente a la gripe. Por ello, resulta fundamental seguir una serie de recomendaciones generales:

  • Lavarse las manos con frecuencia, siempre con agua y jabón, y durante aproximadamente 1 minuto.
  • Taparse la boca y la nariz con un pañuelo de papel al estornudar o toser. Inmediatamente después, tirar el pañuelo usado a la basura.
  • Limpiar a menudo las superficies de muebles, pomos de las puertas y objetos manipulados por varias personas. Utilizar productos de limpieza habituales y ventilar abriendo las ventanas.
  • Evitar los besos y el contacto muy cercano. No compartir vasos, cubiertos u otros objetos que hayan podido estar en contacto con saliva o secreciones.
  • Llevar una vida sana, dormir bien, seguir una alimentación saludable, beber agua, mantenerse físicamente activo y evitar el tabaco y las bebidas alcohólicas.
  • Si ya tenemos la gripe, debemos atender los consejos de los profesionales sanitarios para no contagiar a otras personas.

Es importante que los pacientes cardiovasculares que contraigan la gripe mantengan su medicación habitual y no dejen de cumplir el tratamiento salvo expresa indicación de su cardiólogo. Asimismo, debemos consultar al médico si notamos sensación de falta de aire o percibimos cualquier cambio significativo en nuestro estado de salud.

Los pacientes con patología cardiovascular siempre han sido reconocidos como grupo de riesgo ante una infección gripal. Por ello, se recomienda su vacunación antigripal contra la cepa del virus responsable de la epidemia de cada año.

Nueva gripe A (H1N1)

La gripe por el nuevo virus A (H1N1), también conocida como gripe pandémica (H1N1) 2009, la produce un nuevo subtipo del virus de la gripe frente al que, precisamente por ser nuevo, no estamos inmunizados.

Actualmente se desconoce qué tipo de afectación cardíaca produce el virus de la gripe A (H1N1). En previsión de cualquier variación repentina, las autoridades sanitarias han articulado un estrecho sistema de vigilancia que permite detectar el número de casos e identificar su gravedad inmediatamente. Además, el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud ha incluido a los enfermos cardiovasculares en el listado de grupos prioritarios para la administración de la vacuna cuando ésta se encuentre disponible.

Fuente: Fundación Española del Corazón

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