..Pero ¿CONOCES LA EDAD DE TU CORAZÓN?
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El ecocardiograma es una prueba diagnóstica fundamental porque ofrece una imagen en movimiento del corazón. Mediante ultrasonidos, la ecocardiografía aporta información acerca de la forma, tamaño, función, fuerza del corazón, movimiento y grosor de sus paredes y el funcionamiento de sus válvulas. Además, puede aportar información de la circulación pulmonar y sus presiones, la porción inicial de la aorta y ver si existe líquido alrededor del corazón (derrame pericárdico).
Gracias al uso de los ultrasonidos para obtener las imágenes, el ecocardiograma es una prueba que no irradia al paciente (como sí pueden hacerlo otras pruebas como las radiografías, TAC, etc). Otras ventajas que aporta es que no es una prueba dolorosa ni produce ningún efecto secundario.
El ecocardiograma se obtiene a través de un aparato llamado ecocardiógrafo. Este aparato consta de 3 elementos básicos:
Además se suelen colocar electrodos sobre el pecho del paciente para obtener un electrocardiograma al mismo tiempo que se realiza la ecocardiografía, ya que aporta información para el especialista.
Las imágenes del ecocardiograma se pueden obtener en diferentes modos:
El ecocardiograma que con mayor frecuencia se realiza es el ecocardiograma transtorácico, es decir, cuando se coloca el transductor sobre el pecho del paciente.
Se aplica un gel conductor bien sobre el pecho del paciente o directamente sobre el transductor. Se coloca el transductor sobre el pecho del paciente, generalmente sobre el lado izquierdo del mismo. El cardiólogo moverá el transductor por el pecho del paciente para ir obteniendo diferentes imágenes. La prueba suele durar entre 15 y 30 minutos, aunque en ocasiones puede prolongarse.
El paciente permanece tumbado y lo más tranquilo posible, sin requerirse ningún tipo de preparación especial previa a la realización de la prueba ni acudir en ayunas. El ecocardiograma no es doloroso (puede sentir una ligera presión por el transductor) ni produce ningún efecto secundario. Puede realizarse perfectamente a mujeres embarazadas sin ningún perjuicio para el bebé, ya que es una prueba que no emite radiación. Durante el estudio es posible que se escuche algún ruido que corresponda a la velocidad de la sangre dentro del corazón.
El paciente podrá hacer vida normal e incorporarse a tus tareas laborales o domésticas diarias.
Vamos a repasar ahora, de manera resumida, los tipos de ecocardiograma y las características de cada uno de ellos.
Para la visualización del corazón se colocará el transductor sobre el pecho del paciente, generalmente sobre el lado izquierdo. El procedimiento se realizará según lo comentado previamente (arriba).
Consiste en visualizar el corazón por medio de un transductor acoplado a una sonda o tubo que se meterá a través de la boca y llegará hasta el esófago, desde donde ya se podrán captar imágenes del corazón. Por tanto, es una técnica invasiva. Generalmente es un estudio complementario al ecocardiograma transtorácico (primero se suele realizar este último), que aporta información similar pero más detallada de ciertas estructuras, como son las válvulas cardiacas. Además, ayuda a descartar la presencia de trombos (coágulos), tumores o alteraciones congénitas del corazón que no se pueden ver de forma completa con un ecocardiograma transtorácico.
Es necesario no haber ingerido alimentos sólidos ni líquidos (ayuno completo) en las 4-6 horas previas a la prueba debido a que se debe introducir una sonda por el esófago. Tampoco se debe haber tomado ninguna medicación oral en ese periodo de tiempo. Es preferible que el paciente acuda acompañado por un familiar o amigo puesto que en ocasiones es necesario administrar un sedante para llevar a cabo la prueba. Si tiene dentadura postiza deberá quitársela en el momento de realizar la prueba. La duración de la prueba es de 45-60 minutos.
Una vez en la sala de exploración, la enfermera podría dar un comprimido para chupar o aplicarle al paciente un spray anestésico para la garganta. Una vez tumbado sobre la camilla, con el pecho descubierto, le colocarán unas pegatinas con cables (electrodos) en el pecho para visualizar el electrocardiograma durante el estudio. Es posible que, además, la enfermera le inyecte una medicación con efecto sedante en una vena de los brazos.
A continuación, el cardiólogo colocará la sonda dentro de la boca del paciente y le pedirá que trague para introducirla en el esófago, lo que puede provocar algunas náuseas que desaparecerán una vez que la sonda esté dentro. Posteriormente, se realizará el estudio, durante el cual, si se ha administrado el sedante, el paciente estará tan relajado que puede llegar incluso a dormirse. Al levantarse, puede sentir cierta sensación de mareo.
El anestésico de la garganta puede producir tos y el spray resultar algo amargo. Al extraer la sonda es conveniente toser para sacar las flemas que se hayan podido retener.
No se debe tomar ningún alimento hasta pasadas unas 2 horas después de la exploración. No es aconsejable conducir en las siguientes 2-4 horas del estudio si se ha recibido el sedante por vena. Las personas de edad avanzada deben estar acompañadas durante las siguientes 2-4 horas.
Consiste en visualizar el corazón mediante ecocardiografía mientras se realiza un esfuerzo. Se utiliza con pacientes que no pueden someterse a una prueba de esfuerzo convencional o para mejorar el rendimiento diagnóstico de esta.
No se deben ingerir alimentos sólidos en las 2 horas previas al estudio. El médico que solicita la prueba le indicará al paciente si debe tomar la medicación habitual o esta tiene que ser suspendida previamente a la realización del test.
El paciente estará tumbado sobre una camilla, con el pecho descubierto, donde se los electrodos para visualizar el electrocardiograma y un manguito para la toma de la presión arterial. A continuación, se debe subir encima de un tapiz rodante o una bicicleta estática, donde caminará durante unos minutos. Una vez terminado el esfuerzo, pasará con rapidez de nuevo a la camilla. El cardiólogo le realizará registros con el ecocardiógrafo antes de hacer el ejercicio, durante su desarrollo e inmediatamente después de finalizarlo.
Durante la prueba puede aparecer dolor torácico, fatiga o malestar que desaparecen en la fase de recuperación. Deberá avisar al médico si aparece alguno de estos síntomas. La duración aproximada del estudio será de 30-60 minutos.
Podrá hacer vida normal, incorporándose a sus tareas laborales o domésticas diarias.
Consiste en visualizar el corazón con ultrasonidos mientras se administra un fármaco que hace que el corazón trabaje con más rapidez e intensidad. Es una prueba no invasiva que combina el uso del ecocardiograma transtorácico con la administración de un fármaco. Generalmente el fármaco administrado es la dobutamina. Los efectos de la dobutamina son el aumento de la frecuencia cardiaca (incrementa las pulsaciones) y el aumento de la fuerza de contracción del corazón (entre otros efectos). Con el ecocardiograma normal se valora el corazón durante el reposo; con esta prueba se consigue estimular el corazón y ver cómo trabaja durante el esfuerzo (cuando estamos en movimiento o realizando ejercicio). Primero se obtendrán imágenes con el corazón en reposo y después tras administrar el fármaco, para así poder compararlas.
El objetivo de esta prueba es ver si existen alteraciones en la contracción de las paredes del corazón, que en la mayoría de los casos son secundarias a enfermedad de las arterias coronarias. Entre las indicaciones para solicitar esta prueba están:
El paciente no debe ingerir alimentos sólidos en las horas previas al estudio. El médico que solicita la prueba le indicará si debe tomar la medicación habitual o si tiene ser suspendida previamente a la realización del test (normalmente si está tomando tratamiento con betabloqueantes es necesario suspenderlo de 1-3 días antes de la prueba).
El paciente estará tumbado sobre una camilla, con el pecho descubierto. Se le pondrá un suero (gotero) en el brazo. A continuación, se le colocarán los electrodos en el pecho para visualizar el electrocardiograma durante el estudio. Asimismo, le pondrán un manguito para la toma de la presión arterial.
La prueba consta de 4 fases: cuando el corazón está en reposo, a bajas y altas dosis de dobutamina y la fase de recuperación. Una vez se obtienen las imágenes normales del ecocardiograma (en reposo, sin fármaco), se realizarán varios registros ecocardiográficos mientras se administra el fármaco.
Puede notar sensación de hormigueo facial, calor en la cara, dolor de cabeza, temblor, mareo, náuseas, palpitaciones (las cuales casi siempre están presentes por el aumento de la frecuencia cardiaca) fatiga o dolor en el pecho durante algunos segundos. Se debe comunicar al médico cualquier molestia o síntoma. La duración aproximada del estudio será de 45 minutos.
Excepto si el médico te indica lo contrario, se podrá hacer vida normal e incorporarse a las tareas laborales o domésticas diarias.
Mediante el uso de la ecocardiografía convencional, se introduce a través de una vena un contraste especial que permite ver mucho mejor estructuras del corazón y los vasos sanguíneos.
No precisa ninguna preparación especial y, por tanto, no es necesario acudir en ayunas, salvo que expresamente lo indique el médico.
El paciente estará tumbado sobre la camilla, desnudo de la cintura para arriba. Una enfermera le colocará una vía venosa en el brazo por donde le introducirán el contraste. Le colocarán los electrodos para ver el electrocardiograma durante el estudio. Luego, mientras la enfermera realiza varias inyecciones del contraste a través de la vía venosa, le pondrán el transductor en diferentes partes del pecho para explorar desde varios planos el corazón y las válvulas. La inyección habitualmente no se nota, así que no dude en comunicar cualquier sensación extraña. Durante el estudio es posible que se escuche algún ruido que corresponde a la velocidad de la sangre dentro del corazón. Una vez finalizado el estudio, la enfermera te retirará la vía venosa y le colocará un apósito (tirita).
La exploración no producirá ninguna molestia, salvo las derivadas de la punción venosa. La duración aproximada del estudio será de 30-60 minutos.
Podrá hacer vida normal e incorporarse a sus tareas laborales o domésticas diarias.
Fuente: Fundación Española del Corazón
Permite obtener una imagen detallada del corazón, incluidas las cavidades y las válvulas. Este estudio, no invasivo, es indoloro y no emplea radiación.
La resonancia magnética cardíaca (RMC) es un una técnica de imagen para el estudio no invasivo del corazón, inocua ya que no utiliza radiación, bien tolerada y segura. Actualmente se encuentra disponible en la mayoría de hospitales. Permite estudiar en una sola exploración la función y estructura del corazón. Ofrece una imagen detallada del corazón, incluidas las cavidades y las válvulas. Está indicada para el estudio anatómico y funcional de cardiopatías congénitas, el origen anómalo de las coronarias, estudio de viabilidad y de perfusión del músculo cardiaco (con administración de contraste), estudios de función ventricular, estudio de miocardiopatías (enfermedades del músculo cardíaco), enfermedades del pericardio (capa de tejido que recubre al corazón) y masas cardíacas. Permite obtener imágenes en cualquier plano con alta calidad de imagen y presenta una excelente capacidad para la diferenciación de tejidos sin necesidad de emplear contraste intravenoso.
Es necesario que el paciente antes del procedimiento se quite elementos de joyería y ropa que puedan contener material metálico. Antes de la realización de la resonancia magnética cardíaca se deberán tener en cuenta ciertos aspectos y no se podrá llevar a cabo la técnica en los siguientes casos:
Fuente: Fundación Española del Corazón
El estudio electrofisiológico es una prueba que sirve para el diagnóstico de pacientes que tienen o pueden tener alteraciones del ritmo cardíaco (arritmias). Permite conocer el tipo y gravedad de las arritmias, el lugar del corazón donde se originan y los trastornos que produce. Sirve además para enfocar mejor el tratamiento que debe aplicarse a dichas arritmias en caso de existir.
El corazón es un músculo que impulsa la sangre a través de un sistema de vasos (arterias y venas). Las válvulas cardíacas se encargan de dirigir la sangre en la dirección adecuada. Además, el corazón tiene un sistema eléctrico, que se encarga de emitir los impulsos necesarios para marcar el ritmo cardíaco y adaptarlo a las necesidades del organismo. Las alteraciones del sistema eléctrico del corazón producen alteraciones del ritmo o arritmias. Existen arritmias lentas o bradicardias cuando el ritmo del corazón se hace más lento de lo normal y arritmias rápidas o taquicardias, cuando el ritmo se hace más rápido. El estudio electrofiosológico las diagnostica y orienta sobre su tratamiento.
Para la realización del estudio electrofisiológico es necesario que el paciente esté en ayunas.
A pesar de que la técnica esté indicada adecuadamente y de que se realice de forma correcta, se pueden presentar efectos indeseables:
Fuente: Fundación Española del Corazón
Un método diagnóstico novedoso que permite valorar el estado de las arterias coronarias con mucho detalle y de forma mínimamente invasiva.
La tomografía computarizada multidetector o multicorte (TCMD) es una técnica no invasiva que permite visualizar las arterias coronarias y detectar en ellas la presencia de lesiones. Se trata por lo tanto, de una coronariografía no invasiva (ya que no se necesita la punción de una arteria y la introducción de catéteres), que solo ayuda en el diagnóstico pero no permite el tratamiento de las obstrucciones en las arterias coronarias. Los equipos multidetectores actuales (de 16 y 64 canales) presentan una alta resolución espacial y temporal, lo que permite analizar estructuras pequeñas y en movimiento, como las arterias coronarias. Los tiempos de adquisición son muy breves, de unos 8-12 segundos en el caso del TCMD de 64 canales.
El TAC multicorte de arterias coronarias permite hacer un diagnóstico precoz de la presencia de arteriosclerosis con un estudio en el que no se requiere la administración de contraste en el sistema circulatorio. Si se administra contraste lo que se consigue es obtener imágenes en 3 dimensiones de alta resolución de las arterias coronarias.
Es útil para descartar enfermedad coronaria en pacientes seleccionados que tengan probabilidad baja o moderada de tener enfermedad coronaria y cuyo resultado del TAC de coronarias sea normal. Entre las aplicaciones del TAC multicorte se incluyen:
Fuente: Fundación Española del Corazón
El cateterismo cardíaco es un procedimiento complejo e invasivo que permite valorar la anatomía del corazón y de las arterias coronarias, así como para estudiar la función del corazón. Por su parte, la coronariografía es una técnica que completa al cateterismo cardíaco y se realiza en el mismo procedimiento que este.
El cateterismo cardíaco es un procedimiento complejo e invasivo que consiste en la introducción de unos catéteres que se llevan hasta el corazón para valorar la anatomía del mismo y de las arterias coronarias, así como para ver la función del corazón (cuánta sangre bombea), medir presiones de las cavidades cardíacas e, incluso, saber si hay alguna válvula alterada. Además, permite ver si existen defectos congénitos (de nacimiento), como comunicaciones (orificios) en el tabique auricular o ventricular, medir concentraciones de oxígeno en diferentes partes del corazón y obtener muestras de tejido cardíaco (biopsia) para el diagnóstico de ciertas enfermedades.
La coronariografía es una técnica que completa al cateterismo cardíaco y se realiza en el mismo procedimiento que este. Tras la inyección del contraste en el sistema circulatorio, se consiguen ver, mediante rayos X, las arterias coronarias. Igual que en el cateterismo, todas las imágenes se graban para su posterior estudio. Con esta técnica el especialista pone de manifiesto si existen obstrucciones o estrecheces en las arterias coronarias, su localización exacta, el número de arterias afectadas o la severidad de las lesiones (estrechamientos). Es una prueba imprescindible en algunos casos, por ejemplo, cuando un paciente sufre un infarto. Es muy rentable desde el punto de vista médico por la información que aporta para tratar adecuadamente al enfermo: los resultados obtenidos son claves en la decisión sobre el tratamiento.
Ambos procedimientos aportan una serie de datos imposibles de obtener con otras pruebas.
El cateterismo y la coronariografía se pueden se puede llevar a cabo con dos objetivos: realizar un diagnóstico y/o tratamiento. Entre los tratamientos que se pueden llevar a cabo están:
El cateterismo se realiza en el laboratorio de Hemodinámica. Los médicos y el personal auxiliar y de enfermería utilizan ropa de quirófano para evitar las infecciones. Se siguen los siguientes pasos:
Puede sentir palpitaciones provocadas por el paso de los catéteres. Durante la inyección del contraste puede notar calor o sofoco, pero esas sensaciones son pasajeras. Entre las complicaciones que pueden aparecer derivadas del cateterismo están: hematoma (frecuente) o hemorragia a nivel del sitio de punción, hemorragia abdominal (si se hace por la ingle), dolor en la zona de punción, angina de pecho, arritmias… Dichas complicaciones se dan en un escaso porcentaje de casos.
Una vez finalizado el procedimiento se extraen los catéteres que se habían introducido. Si la técnica se ha hecho por la arteria de la ingle, se dejará un introductor (que es parte del material utilizado durante el cateterismo) que será retirado con posterioridad (entre 6-8 horas después de finalizar la técnica). El cardiólogo será el encargado de retirar esta pieza, haciéndolo con extremo cuidado y comprimiendo en ese punto durante 10-15 minutos para evitar el sangrado de la arteria. La retirada del introductor y la presión que debe ejercer el médico pueden generar molestias/dolor. Después se realizará un vendaje compresivo con la misma finalidad de evitar el sangrado. En estos casos en los que el cateterismo se realiza por la ingle, el paciente deberá permanecer con la pierna totalmente inmovilizada durante las 24 horas posteriores a la finalización de la técnica.
En los casos en los que el procedimiento se haga por vía radial, al paciente se le dejará un manguito en la muñeca que será el encargado de comprimir la arteria para que no exista sangrado.
Fuente: Fundación Española del Corazón
Las técnicas en cardiología que utilizan isótopos o marcadores radiactivos permiten obtener información sobre:
El paciente recibe una inyección con marcadores o trazadores radiactivos. La dosis es tan débil que no supone ningún peligro para el paciente. Existen diferentes marcadores que se pueden utilizar (tecnecio-99m, talio-201, etc.). Son técnicas incruentas o no invasivas.
Se puede realizar en reposo, combinada con una prueba de esfuerzo o estrés del corazón mediante fármacos. Además, también se pueden utilizar en combinación con otras pruebas de imagen, como el TAC. Permite detectar las zonas con insuficiente o nulo riego sanguíneo.
Al paciente se le inyectan en vena unos marcadores radiactivos que emiten una débil radiación detectada por una cámara especial. De esta forma se hace un seguimiento del trazador en la sangre y se observa a qué zonas y en qué condiciones no llega el flujo sanguíneo.
El isótopo que se inyecta no tiene ningún peligro para el paciente porque su radiación es muy débil. Es preciso seguir las indicaciones del especialista y realizar el máximo esfuerzo cuando se combine con una ergometría.
Fuente: Fundación Española del Corazón
El Holter es un dispositivo electrónico de pequeño tamaño que registra y almacena el electrocardiograma del paciente durante al menos 24 horas de forma ambulatoria (en el domicilio, sin necesidad de llevarlo a cabo en el hospital). Suele emplearse en pacientes con sospecha de arritmia cardiaca o para diagnosticar una isquemia (falta de riego sanguíneo) del músculo cardiaco.
Al paciente se le colocan en el tórax varios electrodos conectados a un Holter del tamaño de un teléfono móvil, que funciona con baterías o pilas. Tiene una banda de sujeción que se lleva sobre el hombro o alrededor de la cintura. Transcurrido el tiempo de registro de la actividad eléctrica del corazón (normalmente 24-48 horas), el dispositivo se conecta a un ordenador donde se descargan todos los datos recogidos, se procesan y se obtiene información muy útil sobre la frecuencia cardiaca y las posibles alteraciones del ritmo (arritmias).
Cuando los síntomas son poco frecuentes el Holter convencional tiene una eficacia limitada, ya que el periodo de registro puede no coincidir con el momento en que se manifieste ese síntoma concreto. En estos casos se utiliza un Holter implantable subcutáneo, de tamaño más pequeño y que se coloca bajo la piel mediante anestesia local. Tiene dos placas en su superficie que actúan a modo de electrodos, registrando así una derivación del electrocardiograma y almacenando de forma continua la actividad eléctrica del corazón en una memoria. Al paciente se le proporciona un activador externo o pulsador (enseñándole previamente cómo debe usarlo) que tendrá que activar o pulsar en el caso de presentar síntomas (como palpitaciones, latidos irregulares, mareo, dolor en el pecho, etc.); en ese momento se graba la información del electrocardiograma para que cuando el paciente acuda a la visita con el cardiólogo este pueda recoger la información del dispositivo. De esta manera lo que se consigue es que se pueda establecer una relación entre los síntomas que presenta el paciente y las alteraciones que puedan aparecer en el electrocardiograma durante esos episodios, sabiendo si la causa de los síntomas son arritmias y, en caso de que las haya, tratarlas convenientemente. La duración del holter implantable es de aproximadamente 12 meses, con la posibilidad de realizar hasta 400 activaciones (pulsaciones del botón).
Durante el tiempo que lleve el Holter (24-48 horas en caso de ser un Holter externo) el paciente deberá realizar su actividad cotidiana diaria sin limitaciones. El paciente recibirá una hoja con sus datos y la hora de inicio de la grabación, donde anotará las posibles incidencias que perciba (palpitaciones, latidos irregulares, mareo, dolor en el pecho, etc.). Esto permitirá que el cardiólogo analice el registro del electrocardiograma justo en el momento en que se produjo la molestia.
Fuente: Fundación Española del Corazón
Conocida también como prueba de esfuerzo, consiste en la realización de ejercicio físico en tapiz rodante o bicicleta estática con fines diagnósticos o para valorar el pronóstico de la enfermedad coronaria en estudio o ya diagnosticada anteriormente.
La ergometría o prueba de esfuerzo es una técnica diagnóstica fundamental que se utiliza principalmente para el diagnóstico de la angina de pecho en pacientes con dolor torácico y para valorar la respuesta del corazón ante el ejercicio. Su uso en la enfermedad coronaria se fundamenta en la capacidad de poner de manifiesto alteraciones cardiovasculares no presentes mientras el paciente está en reposo y que pueden ocurrir con el ejercicio físico.
Si un paciente tiene enfermedad coronaria, la obstrucción en la arteria puede permitir un flujo de sangre al corazón normal en reposo, por lo que no experimentará ningún síntoma, y el electrocardiograma será probablemente normal. Sin embargo, al realizar un ejercicio físico o esfuerzo aumentará el trabajo del corazón y, por tanto, la necesidad de aporte de sangre. Si existe una obstrucción coronaria, se producirá un déficit de riego sanguíneo que provocará la aparición de angina de pecho y/o alteraciones en el electrocardiograma. La ergometría permite reproducir la angina de una forma controlada para poder diagnosticarla.
Además de ayudar al diagnóstico correcto, la ergometría es útil para hacer una estimación del pronóstico, de la capacidad de ejercicio físico y valorar el efecto del tratamiento en aquellos pacientes con enfermedad coronaria ya conocida.
El espectro de enfermedades cardiacas en las que se realiza la prueba de esfuerzo es cada vez mayor: hipertensión arterial, insuficiencia cardiaca avanzada, alteraciones del ritmo, cardiopatías congénitas, etc. Incluso en personas sanas puede utilizarse (pacientes sin síntomas, atletas, discapacitados…).
Consiste en un ejercicio físico en tapiz rodante o bicicleta estática aumentándose progresivamente la carga, de acuerdo con unos protocolos predeterminados (el más utilizado es el protocolo de Bruce, aunque existen otros). Lo más adecuado para conseguir un ejercicio más fisiológico y que no precisa aprendizaje previo por parte del paciente es la prueba con tapiz rodante, por eso suele ser la más utilizada. La prueba suele durar entre 6-12 minutos.
Antes del inicio de la ergometría, se deberán realizar dos electrocardiogramas: uno con el paciente tumbado y otro de pie. Una vez iniciada la prueba de esfuerzo, se obtendrá una monitorización electrocardiográfica continua. Deberá prestarse especial atención al electrocardiograma en el momento de máximo esfuerzo, si el paciente presenta angina de pecho o falta de aire durante la prueba y al finalizar la misma. También se registrará durante el tiempo de recuperación (3-5 minutos).
Además deben realizarse mediciones periódicas de la presión arterial.
El personal sanitario informará si es o no necesario suspender la medicación antes de la ergometría. El paciente deberá llevar ropa que se pueda quitar fácilmente y calzado cómodo, preferiblemente zapatillas deportivas (sin tacones). En ocasiones, si el paciente tiene mucho vello en el tórax hay que rasurarlo para que el registro del electrocardiograma sea de mayor calidad. No se debe acudir a la ergometría después de una comida copiosa (2-3 horas antes), ni realizarla tras ayuno prolongado por existir riesgo de bajada de azúcar), tampoco deberá consumir alcohol ni bebidas con cafeína en las 3 horas anteriores, ni llevar a cabo actividad física intensa o ejercicio inhabitual en as 12 horas previas.
La ergometría consiste en realizar el mayor esfuerzo posible, alcanzando incluso el umbral del cansancio o máximo nivel de resistencia. Si en este proceso el paciente experimenta dolor en el pecho, falta de aire, mareo, palidez, sudoración fría o náuseas debe decírselo urgentemente al médico.
La ergometría puede resultar positiva para isquemia (falta de riego) del músculo cardiaco porque aparezcan síntomas o porque existan cambios en el electrocardiograma.
Fuente: Fundación Española del Corazón
Es una prueba sencilla que no produce ninguna molestia y no tiene ningún riesgo para el paciente. Es muy útil para el diagnóstico de varias afecciones. ¿Quieres saber cómo se realiza?
El electrocardiograma es una prueba que registra la actividad eléctrica del corazón que se produce en cada latido cardíaco. Esta actividad eléctrica se registra desde la superficie corporal del paciente y se dibuja en un papel mediante una representación gráfica o trazado, donde se observan diferentes ondas que representan los estímulos eléctricos de las aurículas y los ventrículos. El aparato con el que se obtiene el electrocardiograma se llama electrocardiógrafo.
Para la recogida de la actividad eléctrica por el electrocardiógrafo, se necesita que sobre la piel del paciente se coloquen una serie de electrodos (normalmente 10), que irán unidos hasta el electrocardiógrafo por unos cables. Con 10 electrodos se consiguen obtener 12 derivaciones, es decir, se dibujan en el papel 12 trazados de los impulsos eléctricos del corazón desde diferentes puntos del cuerpo. Se pueden obtener derivaciones extra si se añaden más electrodos a la superficie corporal, pero el electrocardiograma básico debe constar como mínimo de 12 derivaciones. El electrocardiograma de una persona sana presenta un trazado particular; cuando aparecen cambios en ese trazado el médico puede determinar si existe un problema.
Se usa para medir el ritmo y la regularidad de los latidos, el tamaño y posición de las aurículas y ventrículos, cualquier daño al corazón y los efectos que sobre él pueden tener ciertos fármacos o dispositivos implantados en el corazón (como marcapasos). Las alteraciones en el trazado son imprescindibles para la detección y análisis de las arritmias cardíacas. También resulta muy útil en los episodios agudos de enfermedad coronaria, como el infarto de miocardio.
Es una prueba sencilla, disponible, rápida, que no produce ninguna molestia (es indoloro) y no tiene ningún riesgo para el paciente (no se envía ningún tipo de electricidad a través del cuerpo, solo detecta la actividad eléctrica que se general en el propio corazón).
La enfermera o el médico conecta los cables del electrocardiógrafo a la piel del paciente por medio de adhesivos o ventosas (electrodos). Los puntos donde se colocan los electrodos son: tobillos, muñecas y pecho. De esta forma se recoge el mismo impulso eléctrico desde diferentes posiciones. Primero se debe limpiar el área de la piel donde posteriormente se colocarán los electrodos, e, incluso, en algunas ocasiones será necesario rasurar el vello de esa zona.
El paciente debe permanecer tumbado, relajado, sin hablar, con un ritmo respiratorio normal y con los brazos y las piernas inmóviles. A veces, el médico puede pedirle al paciente que contenga la respiración durante unos segundos. Cualquier movimiento puede alterar los resultados.
Fuente: Fundación Española del Corazón
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